LOS ORÍGENES DEL BALLET FLAMENCO.
En primer lugar antes de empezar a exponer las aportaciones que han permitido la aparición y el desarrollo de este nuevo género, me centraré en exponer las singularidades que he observado del mismo. Se trata de una forma de baile teatralizada que se manifiesta como Flamenco a lo largo del primer tercio del siglo XX, pero con características peculiares que lo alejan del Flamenco tradicional y lo introducen en el grupo de los grandes ballets europeos, dejando de ser un baile individual para convertirse en colectivo, siendo necesario el ensayo detallado de las coreografías para lograr la máxima precisión del conjunto de la compañía. A todo esto se añaden una serie de complementos que el Flamenco desconocía como: escenografía, iluminación, ambientación, argumentación etc, que pasan a ser elementos imprescindibles. En cuanto a la música, la novedad es que se prescinde de la guitarra y se sustituye por la orquesta y el baile se subordina a darle vida a el argumento o la historia que se quiere contar.
Las primeras décadas del siglo XX fueron años de mucho movimiento artístico por la actitud creadora de escritores, pintores y músicos que giraba en torno al ballet, esto explica esta nueva concepción del Flamenco.
En 1915, se presenta en España una nueva versión de «El Amor Brujo» a través de un espectáculo flamenco llamado «Gitanería», con Pastora Imperio de protagonista. Después del baile, la música es el elemento más importante de los que conforman el ballet flamenco. Con la presentación de «El Amor Brujo» estamos ante la primera orquestación de ritmos flamencos. Decididamente, con estas dos obras aunque no fueron del todo valoradas en su época, se abre la brecha para el desarrollo del ballet flamenco.
Un hito importante en el desarrollo de los ballets es la creación por parte de Antonia Mercé, «La Argentina en 1925 de su Ballet El Amor Brujo, junto al bailaor Vicente Escudero, tras la renovación de la obra original de Manuel de Falla. Antonia ya había coreografiado óperas como la goyesca de Enrique Granados, su inquietud creativa, su formación rica y ecléctica y su relación con grandes artistas de la época como los músicos : Isaac Albéniz, Manuel de Falla y Enrique Granados y los pintores: Sorolla, Zuluaga y el propio Picasso, le llevan a incorporar nuevas tendencias vanguardistas como (libreto, música de orquesta, luces, vestuario, escenografía y etc). En 1928 crea los Ballets “Espagnols” inspirada en los ballets rusos, esta acepción genérica, además de abarcar a otras danzas españolas, comprende también el ballet flamenco, especialidad a la que nos referimos únicamente.
Posteriormente en 1933 Encarnación López “La Argentinita” crea la Compañía de Bailes Españoles, con la colaboración de Federico García Lorca, con la que presenta una nueva versión de «El amor Brujo», para ello cuenta en el elenco con las grandes bailaoras “La Macarrona” y “La Malena” , estrena a su vez «Las calles de Cádiz», además de presentar en el Metropolitano de Nueva York «El café de Chinitas» de Federico García Lorca, con decorados de Salvador Dalí. La novedad que introduce La Argentinita en su ballet consiste en añadir canto al montaje de sus bailes, canciones populares españolas que ella misma interpretaba. En estos primeros ballets los compositores más bailados fueron Falla, Albéniz, Granados, Turina . El uso de las castañuelas empieza a ser parte de la coreografía, la obra más versionada de esta época es el Amor Brujo de Falla, sus creadores salen de los Cafés cantantes y los teatros de variedades y el resto de la compañía lo suelen formar flamencos sin conocimientos de ballet.
En 1946 Pilar López funda su compañía bajo el nombre de Ballet Español de Pilar López, repone sus obras o representa coreografías de su hermana que no pudo estrenar. Como vertiente moderna, Pilar le da un rumbo propio, lo aflamenca, su repertorio es extensísimo, monta obras de Rimski-Korsakof, obras de Debussy o la Carmen de Bizet, así como obras de compositores españoles como el maestro Rodrigo representando en 1952 su Concierto de Aranjuez. Pilar no olvida hacer su versión de «El Amor Brujo» junto a Antonio Gades. Esta es una época dorada del Ballet Flamenco, los bailarines tienen una preparación sólida en las academias tanto clásica como flamenca, con grandes avances en la escenografía , la iluminación y el desarrollo musical.
En esto se acerca a la corriente mundial de hacer espectáculos en que se funde teatro, danza, luz, color, sonido y otros elementos con un mismo valor artístico indefinible.
En 1984 se estrena “Medea” de José Granero en el Teatro de la Zarzuela, por el Ballet Nacional Español y como artista invitada Manuela Vargas. El texto es de Miguel Narros, sobre la tragedia griega de Eurípides del mismo nombre. La música a guitarra compuesta por Manolo Sanlúcar. Premio al mejor Ballet en la Metropolitan Opera House de Nueva York. Posteriormente en 1987 desarrolla el montaje de Las Bacantes de Salvador Távora y Fedra 1990 concluyendo su trilogía clásica. Los montajes de Manuela se caracterizaban por una escenografía minimalista, sobriedad en el vestuario, y un elenco de grandes artistas y la utilización de una formación más flamenca que clásica.
En 1978 se crea el Ballet Nacional Español y se nombra como director a Antonio Gades que cuenta con grandes bailaoras como Cristina Hoyos con la que desarrolla números montajes y juntos como pareja artística realizan diferentes producciones cinematográficas.
En 1990 Cristina Hoyos comienza su andadura montando su compañía independiente, su ballet en solitario con montajes como “Sueños Flamencos”, “Yerma y lo Flamenco”, “Caminos Andaluces”, “Arsa y Toma”, “Al compás del Tiempo” y “Tierra Adentro”. 1992 es el año de grandes eventos en nuestro país, también el empujón de la danza española hacia una nueva etapa de oro. Las fronteras se abren más y mejor; Japón se convierte en uno de los países de mayor consumo de Flamenco.
Entre 2004 -2011, Cristina asume la dirección del Ballet Flamenco de Andalucía, realizando montajes como “Yerma”, “Viaje al Sur” o “Romancero”. Las características del ballet de estos últimos años es que hay mayor libertad para combinar toda clase de elementos dancísticos, escenográficos, de iluminación, temática y sonido, y las formas son más flamencas. Se interpreta mayoritariamente a García Lorca, quedando Falla en lugar secundario y vuelve la guitarra a la compañía tanto como solista como integrante de la orquesta.
A modo de conclusión, a través del formato Ballet muchos de estas grandes figuras pudieron acceder a los más prestigiosos festivales internacionales, contribuyendo a la universalidad y dignificación de este arte. El ballet flamenco permitía el maridaje perfecto del Flamenco con otras expresiones artísticas como la pintura, la música, la literatura y el cine , permitiendo el enriquecimiento de sus montajes y el desarrollo de otras líneas expresivas.
Por Laura Vital